Giampiero Pardini

Giampiero Pardini nace en 1941 en Camaiore, una localidad italiana de la provincia de Lucca. El padre Settimo, séptimo de ocho hijos, era una figura poliédrica. Se fugó de su casa a los 14 años para escapar de un destino que no sentía le pertenecerle. Se trasladó primero a Carrara para realizar instrumentos para extraer mármol, y luego trabajó en el arsenal de la ciudad de La Spezia, en el norte de Italia, donde se dedicó a la construcción de los torpedos de navegación lenta que durante la Segunda Guerra Mundial representaron un peligroso instrumento en manos de la marina militar italiana. Sobrevivido a la guerra - durante la cual ha combatido en África Oriental y Grecia - contribuyó positivamente a la reconstrucción del país trabajando en la restauración de las líneas ferroviarias bombardeadas durante el conflicto. Mientras tanto ponía a fruto su capacidad inventiva construyendo de todo, incluso la primera bicicleta de madera y un coche con pedales justamente para su hijo, quien ha sido fuente de inspiración para este proyecto.
Giampiero nació a 500 metros de donde hoy se encuentra la sede de Pardini Armi. En el pequeño taller construido por su padre dio sus primeros pasos en el campo de la mecánica. A los quince años ya había construido un compresor y una bomba hidráulica, se divertía a transformar los motores de los motociclos y a construir karts.
Luego de una breve experiencia de aprendizaje en el instituto técnico de Lucca, en 1961 comienza la actividad profesional como carrocero, ocupándose principalmente de coches de lujo y especializándose en el tratamiento del aluminio. Al mismo tiempo transformaba habitáculos y motores para coches utilizados en carreras de subida. En este mismo periodo participa a carreras de rally y a competiciones de automovilismo. Luego de haber practicado varios deportes, obteniendo siempre resultados interesantes, en 1970 se acerca casualmente al tiro deportivo donde colecciona desde el principio una serie de éxitos que lo llevarán, tan solo un año más tarde, a competir para la nacional italiana.
En 1972 se hace notar también en otra actividad: transformación de las armas usadas en las competencias académicas. Antes realizará para él mismo una serie de prototípicos, luego, gracias a los éxitos alcanzados con estos instrumentos, llegarán las primeras solicitudes por parte de otros tiradores. En aquellos tiempos, Giampiero realizaba las transformaciones con un torno en la planta baja de su taller, donde aún trabajaba de carrocero. En 1976 decide asociar la producción de instrumentos deportivos con su actividad principal y funda la Pardini Armi, cuya primera realización original es la pistola libre PGP75.
Su orientación a la producción es totalmente diferente a la de otros productores: comienza sus proyectos siempre a partir de esbozos y cálculos, pero antes de completar el dibujo realiza un prototípico a mano, con el torno. Y escucha a todos los tiradores, confiando en la colaboración y en el asesoramiento de otros atletas de estatura internacional. Como en el caso de la carabina GPR1, desarrollada en colaboración con Niccolò Campriani que lo ha ayudado a conquistar la medalla de oro olímpica.
Su orientación a la producción es totalmente diferente a la de otros productores: comienza sus proyectos siempre a partir de esbozos y cálculos, pero antes de completar el dibujo realiza un prototípico a mano, con el torno. Y escucha a todos los tiradores, confiando en la colaboración y en el asesoramiento de otros atletas de estatura internacional. Como en el caso de la carabina GPR1, desarrollada en colaboración con Niccolò Campriani que lo ha ayudado a conquistar la medalla de oro olímpica.
Hoy Giampiero Pardini conduce una empresa que, a pesar de las innumerables innovaciones y de los tantos éxitos, sigue siendo de carácter familiar, con unos veinte empleados, todos crecidos en la misma empresa.

